Costa Rica y su cultura




Cultura de Costa Rica


La cultura de Costa Rica es rica, reconocible y variada al tener influencias inicialmente de la cultura indígena y europea, posteriormente de la cultura afrocaribeña y asiática. Existen en el país tecnologías tradicionales, prácticas agrícolas, culturales y religiosas, y creencias, que conectan en los campos genético y cultural a la población actual con sus antepasados indígenas, europeos y africanos. Costa Rica es un país mestizo, ​multiétnico, multilingüe y pluricultural, en la que coexisten sistemas de comunicación social muy diversos que van desde el creol limonense hasta usos y costumbres de origen ibérico, pasando por culturas y formas de pensamiento tan disímiles como la china, la indígena o la menonita.


Identidad costarricense


La identidad costarricense es el conjunto de signos y señas que a modo de tejido sinérgico definen la personalidad tica, el conjunto de rasgos singulares con que los costarricenses se sienten satisfechos y orgullosos que los caractericen, como sentimiento de empatía por su entorno natural, social y nacional. Los acontecimientos más notables de un pasado que se extiende por más de 10.000 años, acaban formando parte de la conciencia colectiva nacional.
Además del factor histórico, Costa Rica tiene un conjunto de elementos que lo definen: sus tradiciones, idiomas, gastronomía, héroes, leyendas, mitos, símbolos y todo aquello que está presente en lo cotidiano y es considerado genuino de la nación.6​ Como dijo Jacques Le Goff "...en el punto de unión entre lo individual y lo colectivo, entre el tiempo de larga duración y el cotidiano, entre lo inconsciente y lo intencional, entre lo estructural y lo coyuntural, entre lo marginal y lo general."

Artes plásticas

Arquitectura


La arquitectura de Costa Rica se construye desde la perspectiva sincrónica a partir de sus particularidades bioclimáticas regionales, y desde el eje diacrónico, por las influencias propias de un puente ístmico que une dos masas continentales de gran fuerza cultural y geopolítica, por lo que resulta un sincretismo entre lo ancestral, la enorme biodiversidad y la novedad de estilos arquitectónicos de moda o materiales y tecnologías exóticas.
Su identidad tiene ancladas las raíces en las tipologías de urbanización ancestral como en la ingeniería de Guayabo, la cultura simbólica del Valle del Diquís y sus esferas de piedra o el misticismo cósmico de los ranchos habitacionales y ceremoniales de Baja Talamanca, que devinieron en una síntesis que oscila entre la importancia bioclimática, los estilos de moda y la creatividad local.

Pintura


La pintura de Costa Rica posee un estilo propio y cuenta con distintas manifestaciones artísticas, con pintores representativos en variadas técnicas y estilos. A grandes trazos, la historia de la pintura costarricense se puede periodizar en cinco fases históricas, las cuales se utilizan para marcar sus diferencias, hacer énfasis en sus características, sus intereses, preocupaciones y momentos históricos: Tradición académica (1897-1930), Generación del Treinta o Nacionalista (1930-1960), Grupo Ocho (1960-1970), Nueva Figuración (1970-1980) y Postmodernista (1980 en adelante). En algunos casos, existirán pintores que cambiarán radicalmente sus estilos para probar nuevos, y que luego volverán sobre sus pasos para ajustarse a los nuevos tiempos y temáticas.

Literatura


La literatura costarricense, aunque joven, ha producido algunos escritores de proyección internacional, cuyos trabajos han sido traducidos a varios idiomas. Entre los géneros literarios, predominan la poesía, el cuento y el ensayo. Hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX, aparece la creación literaria propiamente dicha, siendo el costumbrismo el primer movimiento literario: El hojarasca (1894) de Ricardo Fernández Guardia; El Chamarasca (1898) de Carlos Gagini; La propia (1895) de Manuel González Zeledón y El Moto (1900) de Joaquín García Monge. La poesía aparece a partir de 1890, siguiendo el mismo estilo literario. Destacan las Concherías de Aquileo J. Echeverría, que rescatan el folclor costarricense y la vida bucólica del campo. Con la introducción del modernismo aparecieron destacados poetas como Roberto Brenes Mesén (En el silencio, 1905; El canto de las horas, 1911; Hacia nuevos umbrales, 1913; Voces del ángelus, 1916; Pastorales y jacintos, 1917), Lisímaco Chavarría (Orquídeas, 1904; Nómadas, 1904; Añoranzas líricas, 1908) y Rafael Ángel Troyo (Terracotas, cuentos breves, 1900; Ortos, estado del alma,1903; Poemas del alma, 1906).


Folclor



Costa Rica es una tierra rica en elementos culturales y folclor, con múltiples influencias culturales, mayormente de los indígenas, españoles, y después de las poblaciones negras provenientes de África y Jamaica. La tradición folclórica costarricense incluye diversas manifestaciones culturales que incluyen la música, la danza, las leyendas y tradiciones, las bombas y retahílas, los instrumentos coloniales y las canciones tradicionales, que generalmente son utilizadas durante las festividades populares y patronales, y que varían de acuerdo a cada región y pueblo del país.

Música folclórica




La música costarricense, como es el caso de la mayoría de las manifestaciones culturales del país, es una mezcla de ritmos que llegaron de muchas partes. Dada la conformación etnológica de Costa Rica, una serie de ritmos han confluido y se han ido fusionando para dar origen a nuevas expresiones musicales, de carácter autóctono. Se reconocen en ella influencias españolas, antillanas e indígenas, y con el tiempo ha recibido también influencias de otras regiones de América Latina. La música folclórica costarricense se produce en cuatro zonas específicas del país: Guanacaste, Valle CentralLimón y Puntarenas. Sin embargo, cabe mencionar que cada provincia es autónoma por lo que cuenta con su propia idiosincrasia, además la música amerindia está presente en las diversas zonas y complementa la cultura nacional. Entre los instrumentos coloniales destaca la marimba, que fue declarada instrumento nacional de Costa Rica el 3 de septiembre de 1996, mediante el decreto Nº 25114-C publicado en el diario oficial La Gaceta Nº 167. Otros instrumentos son el quijongo, las ocarinas, el bajo de cajón, el sabak, las flautas de caña, el acordeón, las chirimías, los tambores, el güiro, la mandolina y la guitarra


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